Como en el caso de los humanos, los períodos de estrés en los perros existen. Mudanza, separación, nueva llegada a la familia o partida: muchos factores pueden poner ansioso a tu compañero. Lo que estresa a un perro es perder su cotidianidad. Los síntomas de estrés en los perros son similares a los nuestros: patas sudorosas, mal sueño, falta de apetito, mal humor, o incluso agresión.
En esos momentos, es importante tranquilizar a tu compañero con caricias, masajes y atención. Explícale la situación para que entienda que tu afecto por él no ha cambiado. Además de toda la ternura que le das, los complementos alimenticios son una buena solución, especialmente para prevenir el estrés. Por ejemplo, si te estás planteando mudarte de casa, puedes comenzar un tratamiento de 10 días.
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