Los dermatólogos y pediatras recomiendan que se evite exponer directamente al sol a los bebés y a los niños menores de 4 años, ya que su piel es más frágil y sensible. Aunque, en caso de exposición inevitable, se recomienda ponerles una gorra, camiseta y gafas de sol, así como una crema solar infantil para proteger a nuestros retoños de los efectos irreversibles del sol, como: quemaduras, intolerancias solares, envejecimiento cutáneo, debilitamiento de las defensas inmunitarias, cáncer de piel...
Se debe renovar la aplicación de una crema solar infantil cada 2 horas o después del baño. Además se aconseja aplicar una cantidad generosa para no disminuir el nivel de protección, pues ya sabes ¡más vale prevenir que curar! La particularidad de la crema solar infantil es que está adaptada especialmente a la piel de los niños; por lo que, tiene más filtros solares minerales y componentes que no atentan contra sus defensas naturales, es hipoalergénica y resistente al agua.
Asimimo, en la mayoría de los casos, la crema solar para bebés tiene el índice de protección más alto y asegura una muy alta protección contra los rayos UVA y UVB.
